martes, 21 de abril de 2009
paro en la Oroya
Trabajadores mineros salen a las calles de La Oroya a protestar contra complicidad del gobierno en los abusos de minera Doe Run.
No al chantaje
Población en las calles protestará frente a inacción del gobierno.
DETALLE
El secretario general del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos, Roberto Guzmán, sostuvo que el paro incluirá el bloqueo de las vías de ingreso a la ciudad. Además, diversas organizaciones sociales, ambientales y sindicatos se plegarán a la protesta.
Se hartaron de las “mecidas” de Doe Run.
Los trabajadores del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de La Oroya (Junín) confirmaron ayer el inicio de un paro indefinido, en protesta por la situación de incertidumbre en la que viven los trabajadores, ya que la empresa, alegando que no tiene liquidez, hasta el momento no reinicia las actividades de la planta metalúrgica, por lo que ha decidido recortar sus operaciones.
“El mal manejo de las operaciones de la minera no sólo pone en riesgo la estabilidad de sus más de tres mil empleados, sino que además pospone el cumplimiento de su Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).
Frente a ello, el gobierno actúa de manera insensible, pareciera que no quieren resolver la problemática de la región”, sostuvo el secretario general del gremio, Roberto Guzmán.
Por su parte, Luis Castillo, secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos confirmó la movilización y denunció que el gobierno se viene lavando las manos frente a la situación de miles de trabajadores.
“No pensamos caer en el chantaje de una empresa que, bajo el pretexto de no tener dinero para los concentrados y los insumos, se burla de los trabajadores, con el aval del gobierno”, dijo Castillo, quien además sostuvo que empresas mineras que han avalado el salvataje, al no dar los concretados ni el dinero, prácticamente están haciendo que colapse La Oroya.
De igual manera, criticó que ésta venga incumpliendo sucesivamente con sus compromisos de remediar el medio ambiente en La Oroya, cuyos pobladores sufren los estragos de la contaminación por plomo, arsénico y cadmio.
Fuente : La Primera
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