Oficialistas persisten en negarse al diálogo. Mineros dan muestras de que quieren desbloquear Panamericana. Dan tregua. Madre de Dios levantó medida de fuerza.
Apristas frustran solución a conflicto minero informal
Después de reunirse con el jefe de Estado, bancada oficialista retiró su firma del acuerdo multipartidario.
El premier Javier Velásquez sostuvo anoche que los dirigentes de los mineros informales suspendieron su medida de protesta por 48 horas en Madre de Dios y que hoy tendrá una reunión con todas las autoridades de la zona. Señaló que el Ejecutivo formará una comisión de alto nivel para solucionar el conflicto.
La Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh) expresó ayer su preocupación por la tensa situación que existe en el distrito de Chala, provincia de Caravelí, Arequipa, ante el conflicto social que tiene como protagonistas a la Federación de Mineros Artesanales del Perú y las autoridades del gobierno. Aprodeh invocó a ambas partes a resolver esta situación por la vía del diálogo, en el marco del respeto absoluto a los derechos humanos.
La solución al conflicto de los mineros informales que ayer cumplió su tercer día de paralización con bloqueo de carreteras y que ha dejado un saldo de seis vidas perdidas, se frustró una vez más debido a que el partido de gobierno retiró su apoyo a un acuerdo multipartidario para que el pleno del Congreso debata el dictamen del proyecto de Ley de Fortalecimiento y formalización de la Minería Informal.
Ayer, a las 5:48 de la tarde, cuando faltaban algunos minutos para el inicio de la sesión plenaria en el Congreso, la mesa directiva recibió una carta de la Célula Parlamentaria Aprista (CPA) en la que anunciaba que había retirado su firma del acuerdo de la junta de portavoces parlamentarios realizada en la mañana, la cual priorizaba el debate de esa ley, después de ver la denuncia en contra de Efraín Anaya, miembro del Consejo Nacional de la Magistratura.
Además, una delegación de los huelguistas, encabezada por el secretario general de la Federación Nacional de Mineros Informales (Fenamarpe), Teódulo Medina, se había entrevistado en los dos últimos días con el presidente del Legislativo, Luis Alva Castro, quien les había asegurado que la discusión del dictamen de los proyectos 2105 y 2306, referidos a la ley, se realizaría en el pleno de ayer.
El presidente de la CPA, José Vargas, argumentó en su carta que los dictámenes analizados por la Comisión de energía y Minas, requieren de mayor estudio.
Con el retroceso del aprismo, sólo 52 congresistas votaron por debatir el dictamen, después de haber contado con 88 votos. Para priorizar un tema en la agenda se requiere 58 votos parlamentarios.
La congresista Susana Vilca, que firmó uno de los proyectos, dijo que resulta incongruente la actitud del oficialismo, que afirma que quiere formalizar la minería pero al final retira su firma e impide que el tema sea visto en el Congreso.
“Está pasando lo mismo que en Bagua”, señaló, al calificar de insensibles tanto al Congreso como al Ejecutivo, por considerar que no contribuyen a buscar una solución al conflicto, como si no les importaran las muertes ocurridas.
Mientras tanto, Teódulo Medina, el dirigente de los informales, dijo que, a pesar que el gobierno no da señales de diálogo, buscará una solución al conflicto, cuando se reúna con sus bases. Reconoció que la protesta se escapó del control de los dirigentes y no reconoció responsabilidad en actos de fuerza como la toma de carreteras.
Fuente : La Primera
miércoles, 7 de abril de 2010
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La vacancia razonable
El Partido Nacionalista va a proponer en el Congreso la vacancia de la presidencia de la República.
El pedido se basa en el artículo 113 de la Constitución, el cual establece como una causal de tal vacancia la “permanente incapacidad moral o física (del presidente), declarada por el Congreso”.
A la luz de la razón, es indudable que el doctor Alan García no merece seguir ocupando el sillón presidencial.
Ollanta Humala y su partido aluden al hecho de que bajo García, en algunos casos por obra de la legislación que él ha impuesto, en otros por evidente orden de su despacho, diversos conflictos sociales han sido enfrentados con violencia brutal, que ha producido 70 muertos, 600 heridos y más de 1,300 dirigentes gremiales enjuiciados.
Muchos otros motivos podrían aducirse. Defensa de actos ilegales e inmorales como en el caso de la minera Majaz, o en la venta del aeropuerto civil de Collique, o en la imposición de Tratados de Libre Comercio contrarios al interés nacional, o la participación en el faenón de Rómulo León Alegría.
El problema es que, dada la actual correlación de fuerzas en el Congreso, no es probable que la vacancia sea declarada.
Puede suponerse, sin embargo, que el pedido nacionalista abrirá las puertas a un gran debate sobre la política represiva del régimen aprista y a las responsabilidades en la matanza de mineros en Chala.
Una discusión documentada e intensa puede, eventualmente, conducir a un sacudón de la conciencia cívica. En el fondo, los grandes problemas suelen encontrar soluciones, no en el marco estrecho de Palacio o del Congreso, sino en el vigor de la acción ciudadana. Ya ahora, los mineros informales han conseguido, por acción directa, que García se muestre dispuesto a modificar su Decreto de Urgencia 012 – 2010.
El planteamiento de Humala ha traído a la memoria pedidos de vacancia que se formularon contra Alejandro Toledo. Un sector de la extrema izquierda clamó, a través de uno de sus voceros, en la Derrama Magisterial, que, dada “la claudicación” de la CGTP, el pueblo debía tomar en sus manos esa demanda. También el Apra propuso vacar a Toledo. No pasó nada.
Era, por cierto, otro contexto. Ahora hay muertos en la escena.
Hay una vacancia que sí se produjo: la de Alberto Fujimori, cuando éste envió desde Asia, mediante fax, su renuncia al más alto cargo de la República. En ese momento había dos vicepresidentes, Francisco Tudela y Ricardo Márquez. El Congreso no podía aceptar la renuncia del fugitivo. Tuvo que inventar una figura: la renuncia de los dos vices, a fin de vacar a Fujimori y permitir que el presidente del Congreso, Valentín Paniagua, se ciñera la banda presidencial.
El coro de fondo venía de las calles y las plazas: el rechazo masivo al fujimorismo autoritario y corrupto.
Cesar Levano
Fuente : La Primera
El Partido Nacionalista va a proponer en el Congreso la vacancia de la presidencia de la República.
El pedido se basa en el artículo 113 de la Constitución, el cual establece como una causal de tal vacancia la “permanente incapacidad moral o física (del presidente), declarada por el Congreso”.
A la luz de la razón, es indudable que el doctor Alan García no merece seguir ocupando el sillón presidencial.
Ollanta Humala y su partido aluden al hecho de que bajo García, en algunos casos por obra de la legislación que él ha impuesto, en otros por evidente orden de su despacho, diversos conflictos sociales han sido enfrentados con violencia brutal, que ha producido 70 muertos, 600 heridos y más de 1,300 dirigentes gremiales enjuiciados.
Muchos otros motivos podrían aducirse. Defensa de actos ilegales e inmorales como en el caso de la minera Majaz, o en la venta del aeropuerto civil de Collique, o en la imposición de Tratados de Libre Comercio contrarios al interés nacional, o la participación en el faenón de Rómulo León Alegría.
El problema es que, dada la actual correlación de fuerzas en el Congreso, no es probable que la vacancia sea declarada.
Puede suponerse, sin embargo, que el pedido nacionalista abrirá las puertas a un gran debate sobre la política represiva del régimen aprista y a las responsabilidades en la matanza de mineros en Chala.
Una discusión documentada e intensa puede, eventualmente, conducir a un sacudón de la conciencia cívica. En el fondo, los grandes problemas suelen encontrar soluciones, no en el marco estrecho de Palacio o del Congreso, sino en el vigor de la acción ciudadana. Ya ahora, los mineros informales han conseguido, por acción directa, que García se muestre dispuesto a modificar su Decreto de Urgencia 012 – 2010.
El planteamiento de Humala ha traído a la memoria pedidos de vacancia que se formularon contra Alejandro Toledo. Un sector de la extrema izquierda clamó, a través de uno de sus voceros, en la Derrama Magisterial, que, dada “la claudicación” de la CGTP, el pueblo debía tomar en sus manos esa demanda. También el Apra propuso vacar a Toledo. No pasó nada.
Era, por cierto, otro contexto. Ahora hay muertos en la escena.
Hay una vacancia que sí se produjo: la de Alberto Fujimori, cuando éste envió desde Asia, mediante fax, su renuncia al más alto cargo de la República. En ese momento había dos vicepresidentes, Francisco Tudela y Ricardo Márquez. El Congreso no podía aceptar la renuncia del fugitivo. Tuvo que inventar una figura: la renuncia de los dos vices, a fin de vacar a Fujimori y permitir que el presidente del Congreso, Valentín Paniagua, se ciñera la banda presidencial.
El coro de fondo venía de las calles y las plazas: el rechazo masivo al fujimorismo autoritario y corrupto.
Cesar Levano
Fuente : La Primera
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