jueves, 6 de mayo de 2010

Topy Top siniestro

Ni siquiera el Primero de Mayo descansó la mano cruel de Topy Top. Ese día despidió a 35 trabajadores (30 sindicalizados y cinco no afiliados al sindicato).
Esta acción inhumana exhibe la irresponsabilidad de una empresa cuyos métodos resumen el ánimo y el comportamiento de un empresariado que ha prosperado mediante la explotación inmisericorde, las jornadas de 12 horas y la ausencia de derechos laborales, incluido el de la libre sindicalización.
Topy Top es la empresa que en 2007, cuando se fundó allí el sindicato obrero, despidió a todos los sindicalizados. Esto suscitó una protesta del sindicalismo internacional, que logró una reposición luego burlada.
El abuso del 1 de mayo se ha producido horas antes de que Alan García, presidente de la República y del Apra, pronunciara un discurso en que afirmó: “Mi pedido es permanente y exigente: siempre debemos fomentar la sindicalización, que es instrumento de defensa de los trabajadores”.
“Hay que contar –agregó García– con sindicatos sólidos que colaboren con la redistribución de la riqueza”.
Palabras, palabras, palabras. Porque Topy Top, un consorcio que explota a 7,500 trabajadores, es reincidente pertinaz en despedir obreros, sobre todo si son sindicalizados, y más aún si son dirigentes sindicales.
Los 35 trabajadores recién lanzados a la calle son padres o madres de familia, algunos tienen seis años de contratos sucesivos, por lo cual resulta ridículo el argumento de que se les despide por “mala actitud”.
Mala actitud es la de los ejecutivos de Topy Top, que han rebajado a la tercera parte el valor de las horas extras o desnaturalizado los contratos de trabajo e implantado el salario mínimo como tope de ingresos.
Entre los “crímenes” del sindicato de Topy Top figura el haber presentado al Ministerio de Trabajo documentos que prueban que los despedidos tenían derecho a la estabilidad laboral.
¿Y el Ministerio de Trabajo? También dice fomentar los sindicatos. Hasta ha creado una oficina para la promoción sindical. Pero Topy Top sigue haciendo lo que le viene en gana.
En sólo este año, el Ministerio ha aplicado a Topy Top dos multas, cada una de 72 mil soles. Una por prácticas antisindicales, otra por obstrucción de la labor inspectiva sobre los contratos desnaturalizados y por no dar prueba de éstos a la autoridad de Trabajo.
El Ministerio ha citado cuatro veces a los representantes de la empresa, pero ellos no se han presentado. Tampoco pagan las multas.
Los abusos de esta empresa son intolerables, no sólo por el daño que causan a los despedidos, sino también porque atemorizan a los obreros de ese centro, y a la clase obrera en general.
Urge por eso la solidaridad, en especial de las ramas textil y de confecciones, y la apelación al internacionalismo sindical, como en 2007.
Cesar Levano
Fuente : La Primera

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