viernes, 10 de julio de 2009

La alianza contra el cambio Es impresionante ver como los líderes apristas, los mismos desde hace más de 25 años, asumiendo religiosamente el credo neoliberal en contraposición con los preceptos de Haya de la Torre, pretenden hoy hablarle de democracia al país cuando su gobierno ha provocado la muerte de 34 peruanos, un asilado político, cientos de dirigentes sociales perseguidos, varios medios de comunicación cerrados, siete congresistas opositores suspendidos y un plan anticrisis, que según cifras oficiales, es un fracaso. A esto hay que sumarle, la corrupta sobrevaloración de alimentos para los damnificados del terremoto en el sur, con dinero del SIS cuyo funcionario aprista huyó del país; el escándalo de los petroaudios que provocó la caída de un gabinete presidido por Jorge del Castillo que se niega a abrir sus cuentas bancarias ante el pedido del Diario LA PRIMERA, con el fin de que demuestre transparencia en su gestión, teniendo en cuenta que siempre ha vivido de la función pública. Estos actos de corrupción son apañados por el APRA, cuyos políticos intentan hablar de democracia a una población que rechaza al actual régimen en más del 60%. Ante la carencia de argumentos para sostener un sistema que no resuelve los problemas del país usan el soborno, como los 20 nuevos soles otorgados a los trabajadores para que no participen en un inexistente paro. El impresionante despliegue militar y policial durante la Jornada Nacional de Protesta demuestra el temor del Presidente y sus aliados a la articulación de los movimientos sociales, cuyas plataformas como parte de un proceso histórico se van integrando poco a poco, teniendo como consigna convertir el poder popular en poder político, lo que implicará necesariamente participar en la disputa democrática por el gobierno. A este cambio, se oponen el APRA, Unidad Nacional, Fujimoristas, algunos medios de comunicación, transnacionales, intelectuales de derecha, etc. Esta es la alianza contra el cambio que teme perder sus privilegios ganados a costa de la pobreza y desesperanza de millones de peruanos y peruanas que viven verdaderamente de su trabajo. La CGTP no busca ser la voz hegemónica del pueblo pero si un actor dinámico para expresar sus demandas como justicia social, trabajo con derechos, salarios y pensiones dignas, educación y salud pública de calidad, promoción de los productores nacionales, etc. Por esto luchamos. fuente : La Primera

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