A
LA MUJER RURAL
La
tierra tiene la actitud de una mujer, Gabriela Mistral
Gratos
recuerdos vienen a mi memoria de aquella mujer de campo , levantada apenas
esclareciendo el día entre el ganado , aves de corral, cerdos, perros
guardianes, falderos, entre el canto de las aves andinas, apeándose sobre mulas,
caballos o las simples pisadas de sus pies sobre zapatos rústicos o sobre suelo
frio, acostumbrados a la hierba fresa o seca , a la tierra árida entre zorzales
y espinas , cubierta con un sencillo manto y su enorme falda,
sus trenzas amarradas hacia atrás, su rostro cansado pero con la
mirada irradiando fuerza y coraje para enfrentar un nuevo día,
aquella mujer era mi abuela que en los días de fiesta se colocaba
panecillos amarrados en el pelo y en su sombrero flores , hermosas florecillas
de colores fueron su ultimo regalo que me dio cuando nos
despedimos de ella al regresar de visitarla en la
chacra donde vivía y donde murió .
Hoy es
aquella mujer que en estos momentos está presente en cada instante
de las regiones internas de nuestro Perú, plasmada como una
fotografía de postal que orgullosamente ostentan los andes
peruanos.
Mujeres
que labran, siembran , cortan, cosechan, crían
animales, procrean hijos, son madres y obreras de la tierra también ,
sus espaldas encorvadas soportando la lluvia y el sol inclemente,
aun cuando llevando a un pequeño enrollado en su manto prosiguen y cumplen su
faena, sus manos están selladas con el trabajo diario del
campo y son testigos de su lucha continua contra el mundo que las
ignora y la implacable furia de la naturaleza, aun así son forjadoras del
sustento diario en nuestras mesas.
Son
mujeres con fortaleza indómita ricas en cultura, una cultura
aprendida no en libros ni en salones de estudio sino en la misma realidad donde
su graduación es el fruto surgido de sus manos teniendo como testigo a la
naturaleza que las rodea.
Estas
son las verdaderas mujeres del campo quienes lejos de huir y
engrosar la filas de la indigencia capitalina, son guerreras para luchar contra
toda adversidad, valientes para no desmayar ante la tragedia,
constantes e insistentes para lograr defender su
cada espacio del preciado ambiente rural en donde viven, con orgullo,con
dignidad.
Mas allá
del halago y la condecoración material hacia estas mujeres del campo , sería
loable darles el reconocimiento justo a su trabajo,
teniendo en cuenta sus necesidades conforme al medio donde viven ,
acercarnos a ellas para entender sus sueños, identificándonos con
sus problemas , comprendiéndolas y haciéndoles sentir que son
importantes.
No se
trata de dar lo que a nosotros nos parece si no lo necesario y justo para
ellas.
En el
día de la mujer rural, hagamos una reflexión para buscar un
acercamiento justo y razonable con estas mujeres, con programas
que ayuden a elevar su nivel de vida, teniendo en consideración
sus necesidades más apremiantes.
Respeto,
justicia, reconocimiento y solidaridad
Un
saludo lleno de elogio y gratitud hacia la mujer rural en cada
rincón de nuestro Perú.
Sofía
Flores
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