Estar preparados para todo contra la mafia fujimorista
Aquí nadie se calla
Recibir una corona fúnebre, como las que han sido enviadas a nuestro director y nuestro presidente del directorio, es la más gansteril y burda manera de amenazar de muerte al destinatario. De eso no cabe la menor duda. La finalidad es, en lo inmediato, amedrentar y silenciar a este diario e impedir que siga desnudando los protervos planes de aparatos de inteligencia, miembros del gobierno, empresarios inescrupulosos y medios de prensa sin conciencia y principios, de destruir a como dé lugar la candidatura de Ollanta Humala.
La publicación, con lujo de detalles, de lo que según nuestras fuentes es la segunda fase del tenebroso Plan Sábana, parece haber hecho perder la paciencia a los complotados, que se han visto una vez más desenmascarados por nuestro diario, que ha optado en forma clara y rotunda por ponerse al servicio de lo que mandan sus lectores: el cambio en democracia y con consenso, y por ello está en guardia para echar por tierra -con las armas de la información veraz y responsable-, los planes de los enemigos de la democracia.
El descaro con el que han actuado los criminales es alentado por la complicidad, por acción u omisión, del gobierno y otras instancias que, si nada tienen que ver en el complot, deben investigarlo y poner en su lugar y sancionar a los conspiradores, por ser un peligro para la paz y la constitucionalidad del país.
Como bien ha dicho nuestro director, si querían impresionarnos, no estamos impresionados; si querían asustarnos, tampoco lo han logrado, y si su objetivo es silenciarnos, esta edición y las que vienen les demostrarán que su esfuerzo ha sido vano.
Pero aquí no practicamos ni la arrogancia ni la insensatez como para creer que basta con nuestra entereza para estar a cubierto de quienes nos amenazan. Porque quien es capaz de un intento de amedrentamiento como el que comentamos está notificando que la próxima vez la represalia puede ser simplemente la muerte.
Así ha ocurrido en otras épocas de polarización política como la que propician quienes usan los medios para exacerbar una contienda que debería ser una justa cívica y reflexiva, con una guerra sucia y baja contra el candidato del cambio. Una polarización como la que, valga recordarlo, causó la muerte de periodistas desde LA PRIMERA mitad del siglo pasado.
Además, la corona funeraria es exactamente lo que usaban el fujimontesinista Grupo Colina contra los luchadores por la democracia y los derechos humanos, y es esa mafia la única que puede estar interesada en destruirnos.
Así que nadie debe caer en una confusión ni hacerse el confundido respecto a la gravedad de un mensaje macabro que bien puede ser la antesala de un asesinato.
Fuente : La Primera
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