miércoles, 1 de julio de 2009

Alianzas desvergonzadas

Desvergüenza
El sainete se define como pieza teatral de un solo acto. En la escena del Perú ha sido un género chico que hasta hoy nos priva de la gran tragedia. Sin embargo, el destino nos ha compensado con el sainete político. Ayer se actuó uno en el cual vimos una mayoría parlamentaria repudiada por el país que se dio el lujo de pasar la esponja sobre la sangre de una matanza. Un Congreso que tiene apenas el diez por ciento de aprobación dio a entender que no hay responsables políticos en esa tragedia que enlutó a Bagua y a todo el país. Hay que precisar que la encuesta nacional de Ipsos Apoyo que reveló la endeble aprobación al Congreso no hizo distingos. Pero se puede deducir que si se hubiera preguntado por cuál es la bancada más negativa, sin duda la aprista hubiera ganado por amplio margen. Indicio elocuente es que Javier Velásquez, el aprista que preside el Congreso, tiene tan sólo 16% de aprobación. En la censura planteada contra Yehude Simon y Mercedes Cabanillas votaron a favor 16 congresistas del Partido Nacionalista, 12 de Unidad Nacional, 11 del fujimorismo, seis del Bloque Popular, cinco de Alianza Parlamentaria, tres de Unión por el Perú y tres no agrupados. Apoyaron, pues, la iniciativa 56 congresistas. Si hubieran estado presentes los siete del Partido Nacionalista arbitrariamente suspendidos por Javier Velásquez, el total hubiera sido 63. La censura habría sido aprobada. Contra la censura votaron 30 del Apra, uno del Bloque Popular y uno no agrupado. Por la abstención, que favoreció al régimen, votaron cuatro de Unión por el Perú, uno del Bloque Popular, uno de la Alianza Parlamentaria y cinco de la Alianza Nacional. Este es un hito en la historia de la vergüenza política. Creo, por eso, que es imprescindible que la opinión pública sepa nombre por nombre, quiénes se opusieron a la censura. Me pregunto si César Zumaeta y Aurelio Pastor, congresistas de la región amazónica, se atreverán a tentar una curul en esa región, el vasto Oriente, donde Alan García tiene un misérrimo diez por ciento de aprobación (el Centro, más cruel, sólo le da el ocho por ciento). El voto de una mayoría espuria explica, de paso, por qué no hace falta ninguna injerencia extranjera ni manípulo alguno de agitadores, para que el pueblo se movilice. El sondeo de Ipsos Apoyo había adelantado una respuesta sobre la responsabilidad política por la tragedia de Bagua. Ante la pregunta: ¿Quiénes son los responsables de la muerte de policías y nativos en los enfrentamientos del 5 de junio en Bagua? La respuesta fue rotunda: Alan García, dijo el 57%. Hay, pues, un veredicto que la desvergüenza no podrá alterar. He aquí otra mancha de sangre en las manos de los García y cohorte, una mancha orlada por una burla. En el Congreso se ha inventado el sainete tragicómico. Cesar Levano Fuente : La Primera

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